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Creo que mi historia no está tan alejada de la tuya, especialmente si creciste en un entorno familiar donde constantemente te decían que tenías que estudiar para ser alguien en la vida.

Debo reconocer que gran parte de ese comentario es cierto, si quieres aprender cualquier cosa tienes que estudiar. Sin excepción.

Lo que creo que no es cierto es que necesites una educación universitaria para ser alguien en la vida. Nos han hecho creer eso, pero considero que no es verdad.

Salvo algunas excepciones, gracias a la gran cantidad de información disponible en Internet, actualmente puedes aprender lo que quieras, cuando quieras y desde donde quieras. Sólo necesitas dos cosas:

  1. Tener verdaderas ganas de hacerlo y 
  2. Pasar a la acción hasta conseguirlo.

¿Así de simple? Bueno, no te voy a mentir, parece simple pero la realidad es otra. 

Claro, ya sabes que cada historia es distinta. 

Si quieres te comparto la mía, es posible que te pueda servir para dar el salto y apostarle a ese sueño que siempre has tenido en mente. De antemano y de todo corazón espero que así sea.

Desde muy temprana edad (3 años), mostré un gran interés por los balones de fútbol, dormía con uno debajo del brazo, por eso no es de extrañar que más adelante eligiera jugar de arquero.

Con el pasar del tiempo lo que era un simple juego de niños se convirtió en un sueño y cuando cumplí 10 años lo tenía claro. Quería ser futbolista profesional.

Finalmente, por cosas de la vida y porque se necesita más que talento para llegar a Primera División, ser jugador profesional pasó de ser mi gran meta a ser un sueño frustrado. 

Sin embargo, el recorrido no fue en vano. Me quedaron muchas cosas que me han servido un montón hasta ahora como la disciplina, la perseverancia, el arriesgarse por lo que te apasiona, el liderazgo, el trabajo en equipo, entre otras.

Hasta ese momento sólo pensaba, sentía y transpiraba fútbol, por tal motivo, ir a la universidad no era una prioridad para mí. La verdad, no sabía realmente lo que quería estudiar.

Después de tres intentos fallidos (más por seguirle la corriente a mi papá), con Electrónica, Electromecánica y Telecomunicaciones respectivamente, me tomé el tiempo de pensar qué me gustaba realmente y elegí Análisis de Costos y Presupuestos. 

¡Vaya cambio! el día y la noche.

Estamos de acuerdo. Pero fue un gran paso porque tomé la decisión por mí y no por los demás.

En esta nueva etapa, la disciplina y la perseverancia que tuve en mi época de futbolista amateur fueron de gran ayuda ya que trabajaba en el día y estudiaba en la noche.

Ya ves… Nada es para mal. Algunas veces se gana y otras se aprende.

Después de mucho esfuerzo y de repetir un par de materias que me daban bastante lidia, me gradué en el año 2009.

¡Aplausos, abrazos, felicitaciones! Por fin…. Ya era alguien en la vida.

Corrección. 

Era uno más con un grado universitario, igual que mis compañeros de curso y los tropecientos más que se graduaron ese día.

Y… ¿Ahora qué? 

Por un lado se supone que sabía un montón de cosas nuevas, pero por el otro, algo en mi interior me recordaba aquella conocida frase filosófica de “Sólo sé que nada sé”.

En este punto no voy a tomar el camino del emprendedor rebelde diciendo a boca llena que la universidad no sirve para nada y que es una pérdida de tiempo.

Mi objetivo es contarte las cosas con transparencia. Así que vamos al lío.

Lo que me enseñaron y que ya olvidé

Todas las asignaturas propias de la carrera, excepto una. Presupuestos. 

¿Por qué la recuerdo? Porque el profesor (Jorge Iván Eusse) siempre llevaba casos prácticos para resolver en cada clase.

En resumen, siempre había un reto. De eso está llena la vida ¿No?

Lo que me enseñaron y que recuerdo hasta ahora

Los ejemplos de emprendimiento reales del profesor Luis Fernando Giraldo. Era el último bloque de clase y a las 10:00 pm nadie se quería ir. ¡Todo un crack!

Los gratos momentos en las salas de cómputo en compañía de mi gran amigo David Moreno (4v4t4r) quien me “contagió” su pasión por el aprendizaje autodidacta y me dió las primeras lecciones de WordPress.